Aplausos y melodías para la esperanza

Texto y foto: Rosa Mikaela Bayón.
Agradece, me dijo una vez un amigo. En primer lugar agradezco en estos momentos estar viva, agradezco que mi familia esté sana y que todos mis seres queridos de momento…lo estén igualmente. Agradezco que con la que está cayendo aún no conozca ningún caso entre mis conocidos que se hayan visto afectados por esta terrible pandemia, que nos ha obligado a vivir recluidos entre cuatro paredes. Y aún así debemos de seguir agradeciendo y valorando que nosotros sí tenemos un lugar en el que sentirnos seguros y protegidos. Y que simplemente, nuestra obligación es seguir las recomendaciones y mantener esta cuarentena, que se ha convertido en 15 días, pero promete alargarse 15 más y quién sabe si no aumentará.
He vivido momentos en mi vida que considero me marcaron, que yo recuerde especialmente el Golpe de Estado de Tejero, el 23 Febrero de 1981. Y recuerdo esta fecha porque me encontraba en el dentista, tenía 10 años y mi médico odontólogo estaba escuchando la radio mientras me ponía la anestesia. Sus paseos eran constantes de la sala donde atendía a los pacientes, al salón de su vivienda en el que estaba situada la radio. Esa tarde los tanques salieron en Valencia a las calles y mi médico vaticinó que se avecinaba una debacle. Aquellas palabras y la actitud de aquella persona que transmitía un profundo desasosiego, quedaron fijadas en mi mente infantil. Vi como el mundo, mi mundo se podía arruinar y una gran congoja me acompañó durante aquellos acontecimientos.
Posteriormente este sentimiento volvió a mí el día que se produjo el atentado contra las Torres gemelas en New York un 11 de Septiembre de 2001, ya habían pasado la friolera de 20 años, ya no era tan niña!! Pero podría decirse que la misma sensación de que algo catastrófico había ocurrido y que sus consecuencias iban a ser incalculables en el devenir de nuestras vidas, volvió a embargarme. Y es aquí como llegamos al momento actual. No han sido pocos los momentos previos tanto históricos, en los que incluyo la caída del muro de Berlín 1989, como la catástrofe natural del Tsunami en el Océano Indico en el 2004, que nos han ido avisando de que un momento como el que vivimos podía llegar. Un momento de incertidumbre, de no saber lo que va a pasar, de tener la certeza de que lo que estamos viviendo va a afectar al ritmo de nuestras vidas de una manera notable y que posiblemente ya nada vuelva a ser igual. Pese a todo, debo mantener la calma y pensar que ahora no estoy sola, que alguien esta compartiendo este cautiverio conmigo, con sus 12 años está sobrepasada por tanta información y por no saber lo que va a pasar mañana. Ella ahoga su angustia saliendo a un balcón a aplaudir muy muy alto, o acompañada de su contrabajo nos regala melodías que nos trasladan a otro escenario en el cual podemos seguir soñando, podemos seguir con nuestra vida. Una vida privilegiada que agradezco y espero seguir compartiéndola por muchos años. Gracias