EL ESTADIO DE GALA
Se viste, de oro viejo,
el estadio
para una noche de gala.
La peineta a juego.
Se han ido los jugadores,
también los espectadores.
Qué le importa a esta oquedad
si es entonces cuando
cubierta volada,
nervios,
gradas,
y torre,
que la sostienen
bailan con las nubes y el cielo
el ritmo del sol poniente.
Karmenk