Madreñas

Se quedaron las madreñas
a las puertas del portalón.
Un viento helado
las dejó esperando
que los pies
enfundados en sus zapatillas
las llevasen a caminar
el barro,
la nieve,
los charcos,
los praos…
Pero la brisa gélida
que atraviesa las portonas
nos grita el adiós
a los hombres y mujeres
que con madreñas
soñaban
el amanecer cálido del verano.
Se van las madreñas a los museos.
Los portalones suspiran…
Alivian la pena
que les deja el vacío
de sus amigas
las galochas
o
madreñas.
Texto: karmenk y fotos: Secundino Pérez